Aunque todas las joyas son especiales, algunas encierran un significado más especial debido al contexto en el que se intercambian. Es lo que sucede con el anillo solitario, una joya que se asocia a las pedidas de mano y al matrimonio. Este tipo de anillo es muy popular en la celebración del amor, pero también es una sortija muy de moda en la actualidad por su facilidad para combinarla y su comodidad para llevarla puesta.
¿Quieres saber más sobre el anillo solitario y su significado? Te lo contamos todo para que se convierta en tu nueva joya favorita.
El anillo solitario es un tipo de sortija que cuenta con una piedra en el centro. De estilo clásico, el material favorito para usar este tipo de anillo suele ser el oro de 18 quilates, aunque últimamente se han popularizado los solitarios de plata de primera ley.
La piedra central suele ser un diamante en forma redonda, pero en la actualidad también se utilizan otras piedras y gemas, como los zafiros, los rubíes, las esmeraldas…
El anillo solitario es un símbolo de los sentimientos y el afecto hacia una persona. Cuando se regala este tipo de anillo se está haciendo una promesa de amor, pues esta joya representa el compromiso y la fidelidad. De ahí viene su papel protagonista en las pedidas de mano, ya que con esta sortija se hace una promesa de compromiso y unión.
Actualmente, el anillo solitario es el tipo de anillo de compromiso favorito para las pedidas de mano.
El origen de este anillo parece estar en la realeza europea medieval. Antiguamente, en la corte real se regalaban anillos, generalmente con zafiros o rubíes, para prometer su amor hasta el momento de la boda. Pero cuenta la historia que fue el rey Maximiliano I de Austria, durante el siglo XV, quien decidió regalarle a su futura reina, María de Borgoña, una joya hecha con diamantes. Por aquel entonces los solitarios de diamante no eran comunes, ya que no se poseía la destreza para poder trabajar esta piedra preciosa. Desde entonces, se popularizaron las pedidas con este tipo de anillo hasta nuestros días.
Tradicionalmente, este tipo de anillo se coloca en el dedo anular. El motivo de su ubicación en este dedo no es fruto del azar, pues existe la creencia popular de que este dedo conecta directamente con el corazón, a través de la “vena amoris”.
En cuanto a qué mano, se prefería colocarlo en la izquierda por su proximidad al corazón, pero esto varía actualmente en función del país. En España, por ejemplo, el anillo solitario se luce en la mano derecha hasta el día de la boda. Después, la alianza toma su lugar y el solitario podrá pasar a la mano izquierda o lucirse por delante de la alianza.
La elección del anillo solitario dependerá de los gustos personales. Desde hace ya unos años, la piedra preciosa más popular en este tipo de joya es el diamante, pero existen otras piedras preciosas y gemas que harán destacar el anillo.
También es importante escoger el material de la sortija. El escogido por la mayoría de personas es el oro de 18 quilates, aunque actualmente también se eligen muchos diseños de plata de primera ley.
Existe la opción de personalizar algunos modelos con una grabación, para hacer aún más especial esta joya tan simbólica.
Existen diferentes nomenclaturas, pero todas hacen referencia al mismo tipo de joya. El anillo de pedida es la joya que se regala para hacer una promesa de amor y compromiso antes de la boda. Y, para ello, el protagonista es el anillo solitario, la pieza de joyería con una piedra central sobre el que hemos aprendido más en este artículo. Por lo tanto, podemos decir que son sinónimos que se refieren exactamente a lo mismo, pero en diferente contexto: el anillo de pedida representa al acto y el anillo solitario es la pieza de joyería.
En conclusión, el anillo solitario es un símbolo poderoso del amor y el compromiso. A través de las décadas, este anillo se ha encargado de ilustrar las historias de innumerables parejas, cada una única en su viaje: un recordatorio de la promesa compartida y la fortaleza que existe en la simplicidad del amor verdadero.
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