Si hay una gema que ha sido valorada enormemente desde la antigüedad por su rareza y su belleza, esa es la perla. Un auténtico símbolo de prestigio y elegancia que permanece en los joyeros de generación en generación y que nunca pasa de moda. Existen muchos tipos de perlas en el mundo, pero ¿sabrías decir la diferencia entre las perlas naturales y sintéticas?
Las perlas son unas gemas exclusivas que determinan su valor en función de las características presentes:
Igualmente, su valía también depende del hecho de ser una perla cultivada o una sintética. Aunque podemos encontrar ambos tipos en el mercado, sus características no son las mismas y es importante diferenciarlas entre ellas. A continuación, te explicamos en qué consiste cada una.
Las perlas naturales son perlas auténticas que se forman de manera casual dentro del cuerpo de una ostra. Para que la perla se forme, un cuerpo extraño debe introducirse en el molusco, el cual se defiende de la agresión cubriéndolo con nácar (que es una combinación de cristales y proteínas) y, como resultado, se crea la perla, cuyo centro puede conservar materia orgánica. Aún así, el proceso de creación de la perla se prolonga durante varios años.
Encontrar una perla dentro de una ostra es una auténtica rareza. Estas perlas naturales no son perfectas y pueden observarse pequeñas variaciones en ellas. Aunque no se pelan, sí requieren de unos cuidados para mantener su brillo y aspecto intacto.
Muchas veces se puede escuchar hablar de perlas naturales para denominar también a las perlas cultivadas. Este hecho puede generar cierta confusión, ya que no son exactamente lo mismo.
Las perlas cultivadas también son consideradas perlas naturales, pero a diferencia de las anteriores, no se originan de forma casual, sino que el hombre participa en todo el proceso. Para ello, se encarga de insertar dentro del molusco el agente extraño, induciendo de forma artificial a producir la perla, cuyo centro será de concha de nácar.
Al igual que las perlas naturales, las perlas cultivadas no se pelan, pero requieren de cuidados específicos para mantenerse como el primer día, ya que son muy sensibles a cremas, perfumes y otros productos de cosmética.
Además, existen diferentes tipos de perlas cultivadas con sus propias características.
La perla freshwater es criada en lagos y ríos de China, aunque también puede encontrarse en Japón y Estados Unidos, y es de las más populares actualmente. Pueden adoptar diversas formas, desde las completamente lisas a otras más barrocas, y tener distintos tonos blanquecinos. El tiempo de cultivo de la perla de agua dulce abarca entre seis meses y cuatro años y su producción es muy abundante.
Cultivadas en agua salada en Australia, Indonesia y Filipinas, son las más raras y cotizadas de todas las perlas cultivadas. Tienen una amplia gama de colores, desde el blanco al negro, y las formas también varían. El tiempo de cultivo de las perlas australianas puede prolongarse desde los 3 a los 9 años.
Cultivadas en la Polinesia francesa, las perlas tahití son las únicas perlas “negras” por naturaleza, aunque este término se emplea para describir los tonos oscuros de la perla, que pueden ser grises, verdes, azules, negros… Grandes y exóticas, son únicas en el mundo y su tiempo de cultivo es de 2 a 3 años.
Con una forma redonda y simétrica, no muy grande, esta perla fue la primera en empezar a cultivarse, históricamente en las costas de Japón (Akoya), aunque en la actualidad también se producen en China. La perla Akoya considerada la perla clásica por excelencia y es de difícil crecimiento.
Estas perlas japonesas crecen pegadas a la concha del molusco, en vez de en su interior, lo que le otorga una forma semiredonda (un lado plano y otro redondo). Relativamente fáciles de obtener, las perlas mabe se cultivan principalmente en Japón, aunque también pueden producirse en China, Indonesia y Australia, siendo el período de cultivo de 6 meses a 2 años.
Las perlas sintéticas o artificiales son fabricadas directamente por el hombre, sin que intervenga en ningún momento el molusco. Aunque en su mayoría se realizan con resinas, pueden fabricarse con otros materiales y suelen tener una forma perfecta. De tono más amarillento, pueden pelarse con mayor facilidad.
Entre las perlas sintéticas se pueden destacar las perlas shell, que están fabricadas con un núcleo de nácar natural y tiene unas características en cuanto aspecto y peso muy similares a las perlas naturales, y las perlas majorica, para las que se aplican procedimientos y componentes orgánicos presentes en la naturaleza.
Las perlas son muy sensibles y por ello debe aplicarse un cuidado especial para no desatender su aspecto y sus características. En primer lugar, es muy importante no utilizar cosméticos o perfumes una vez que ya estén puestas; mejor utilizar los productos cosméticos antes y, después, colocar las joyas con perlas.
También sería recomendable evitar mojarlas y, en caso de limpiarlas, utilizar un paño suave con mucha precaución.
Lo ideal sería guardarlas dentro de su estuche o bolsita dentro del joyero, impidiendo su roce con otras joyas u otros elementos que pudieran rayar o perjudicar su superficie.
Escoger las perlas perfectas conlleva conocer bien los diversos tipos que existen. En José Luis Joyerías disponemos de un amplio catálogo de joyas de perlas, como pendientes de perlas, collares, pulseras… Encuentra la perfecta para ti y disfruta de esta joya atemporal para siempre.